Es un solvente aprótico y altamente polar, por ello, es miscible tanto en agua como en solventes orgánicos (como alcoholes, cetonas, etc). Es un liquido poco volátil, transparente e inodoro. Se obtiene de los árboles, como un subproducto de la fabricación del papel.
Puede ser una alternativa a la dimetil-formamida, compuesto bastante nocivo, en la limpieza de pinturas. Sustancia no peligrosa según Directiva 67/548/CEE. El Dimetilsulfoxido reacciona con el agua de forma exotérmica, así que si se aplica sobre una superficie húmeda, reacciona produciendo el calor suficiente para hacer evaporar el agua.